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La influencia de los temas valóricos en los electores

El peligroso desfile carnavalesco electoral 

Publicado: 2016-01-27


El carnaval electoral no es para nada alegre, más allá de las risas que nos pueden despertar los bailes, respuestas y documentos mal leídos. Lo que se juega en este período es importante para todos y aunque los temas son muchos, solo se tocan algunos y a esos se les da como campana de bombero.

En este desfile de temas, hay un sector transversal en la población que está buscando algo. Lo busca como si ya se les estuviera acabando el aire y para peor, sólo algunos de los candidatos han dado su punto de vista sin medias tintas sobre el tema. Tendería a ponerle al tema un subtítulo y sería “la defensa de la vida”, pero obviamente los demás me dirán: ¿acaso crees que los que no estamos de acuerdo no defendemos la vida? Y en ese preciso momento la discusión cambiará de sentido. Así que lo llamaré tal cual: El aborto.

En Lima se realizó una de las marchas “pro vida” o “anti aborto” más grandes de Latinoamérica, si es que no es la más grande. Otras ciudades la imitaron y otros tantos ciudadanos más, no acostumbrados a las marchas, dieron su venia desde sus casas. Al parecer hay una gran masa de acuerdo con el objetivo final de la marcha, pero un cierto sector (una buena cantidad) son los que sí elegirán a su candidato según este subtítulo, por lo demás nada menor.

Tenemos conocimiento de los abruptos cambios de camisa (discurso) de los candidatos. Ya estamos acostumbrados pero les seguimos, inocentemente, creyendo en su sincera conversión al tema de discusión. Es así que, pienso yo, aparecerán algunos oportunistas que por buscar esos votos, se pondrán lo que sea para ser elegidos. Sé que no tengo que hacer juicio de las intenciones, pero sé también que no se puede ser absolutamente confiado y tendré que usar mi inteligencia y conciencia para dar una temeraria respuesta sobre alguno.

Pero, hay algo que me huele mal. ¿Podemos estar buscando nuestro candidato (presidencial) sólo por este tema? Ok, ok, metamos un temita más. Llámelo usted como quiera, la familia, la unión civil o la unión patrimonial. Ahora lo pongo, porque siendo sinceros, esto va dentro del paquete, pero no me meteré a este último subtítulo.

Entonces, ¿podemos o no? Bueno, para no dar la lata de escribir mucho me remitiré a lo siguiente. El tema llega a nuestro país como parte de las medidas progre de los países que gozan de una sociedad de bienestar al otro lado del charco. Dentro de aquello se busca el bienestar obviamente para los vivos y para llegar a ese objetivo democrático, no hay ningún problema en caer en la dictadura del relativismo, donde nos aliviamos varias horas de debate y de usar la cabeza. La tendencia materialista hace que le demos un “punto de partida” a la vida, a algo completamente dinámico y natural; y un punto de término a la vida, por diferentes motivos. El tema, ya importando a tierras americanas, salta al patio trasero de Estados Unidos y mezclado con una niebla “económica y pragmática” que nadie quiere ver, usa al mismo actor, la mujer, pero lo ve desde una perspectiva diferente y agregándole las problemáticas propias del lugar: violaciones, casos inviables y el peligro de muerte de la madre.

En los países desarrollados el tema tiene otros tintes, pues ya no se habla de estas problemáticas, sino que se deja la libre opción de la mujer a elegir sobre su cuerpo y el del ser vivo en su vientre.

Obviamente en Perú nadie va a hablar de aborto libre directamente, aunque no pocos buscan eso, porque en definitiva hoy se trata de ver el tema como una medida pública para el bien de las mujeres y la igualdad de derechos. Pero, ¿por qué seguimos hablando de aquello? Porque no se ha tratado de lo otro.

La ola “liberal” va a llegar sí o sí y va a depender de nosotros esquivarla de la mejor manera posible. Siempre nos vamos a mojar, algo nos salpica, pero las marejadas, por lo pronto, no tienen cuándo acabar. Efectivamente el elegir a un presidente que esté en contra del aborto es una manera de esquivar la ola, pero no es la única, y lamentablemente esquivamos un tema para quedar mojados con los otros temas que no tendrán solución.

¿Qué plantean los candidatos en cuánto a la salud? ¿Qué plantean en cuánto al maltrato de la mujer? ¿Qué medidas a futuro plantean para solucionar la desigualdad de nuestro país? ¿Qué sociedad busca ese candidato? ¿Cómo estamos en cuanto a mortalidad infantil? ¿Cómo en cuánto a desnutrición? Y muchas otras preguntas más.

Actualmente la ola, pienso yo, se puede sortear de una manera diferente. Pienso que eligiendo un buen congreso, que pueda defender los derechos escritos en la Constitución, estaremos a salvo de este tema por un buen tiempo (con marchas, debates, discusiones y todo lo demás incluido), mientras que un buen Ejecutivo podría disminuir la desigualdad y la injusticia en otros temas que ahora se tratan de solucionar con lo más fácil: aborto.

En conclusión, creo que no se trata de ponerse a tachar a cuando candidato aparezca por ahí manifestado su posición sobre el tema. Se trata de dar luces para una elección inteligente, que incluye la buena elección de parlamentarios. Se trata de pensar que la manera de estar a favor de la vida no sólo es rechazar el aborto y darle una y otra vez al tema como si fuera el único, también es bueno abrirse a escuchar lo que ofrecen los candidatos en cuánto a la dignidad de las personas y la una sociedad más justa. Sin quitar obviamente el hecho concreto que este tema (ejemplificado con la ola) saldrá una y otra vez, y tocará a quienes estén de acuerdo y en desacuerdo debatir hasta encontrar las maneras correctas para darle un recto cause.


Escrito por

Raúl La Torre

Historiador y emprendedor. Vivo en Chile desde el 2009.


Publicado en

A veces dan ganas de opinar

Después de leer diferentes opiniones me dan ganas de dar mi opinión, eso pe.